Corrupción, fraude, deudas, enfermedades... y junto a ello pequeños problemas que para el mundo son indiferentes, pero que para ti se convierten en una gran mole que te persigue como si de Indiana Jones se tratara y que no te dejan dormir. En ocasiones nos da la sensación de que hemos llegado a un punto de no retorno en una situación en la que parece que no nos quedan más alternativas que callar y aceptar, actitudes a las que sumaría la burbuja de decepción, aflicción y desasosiego que en la actualidad vivimos.
La verdad es que yo suelo ser más pesimista que optimista (para qué nos vamos a engañar), pero cuando te hundes y te regocijas en ello acabas peor parado de lo que estabas, y es cuando te das cuenta de que no merece la pena estar llorando "a moco tendido" porque así no vas a conseguir nada, tu ex no va a volver, el trabajo no va a venir a ti… en definitiva, tus problemas no se van a resolver por arte de magia.
Por ello creo que es el momento de cambiar de mentalidad, de poner buena cara a la vida y tratar de encontrar ventajas y soluciones (nunca es tarde si la dicha es buena, o eso dicen).
Si buscamos “positivo” en el diccionario comprobamos que define esta palabra como “Dicho de una persona: que busca la realidad de las cosas o su aspecto práctico”. Eso es, la realidad. Muchas veces nos obsesionamos tanto con el problema que solo queremos ver lo negativo de las cosas y no tenemos en cuenta que quizás nos estamos engañando a nosotros mismos, estando la solución más cerca de lo que parece, o tal vez no todo sea tan negro como aparenta ser.
Ojo, esto no quiere decir que miremos hacia otro lado, nuestros problemas están ahí, pero adoptar una actitud positiva puede facilitarnos mucho la vida.
Ser positivo no solo es una actitud ante la vida, entraña efectos colaterales sobre la persona que decide ver el vaso medio lleno. Así, ser positivo mejora la salud, ofrece más posibilidades de triunfar (os vuelvo a recomendar el libro de Stephen Covey, Los siete hábitos de las personas altamente efectivas del que os hablé en el post Yo puedo…¡sí puedo!) y se toman las cosas con mejor humor.
Por eso espero que la burbuja a la que hacía referencia al principio de esta entrada y en la que nos encontramos inmersos finalmente estalle y todos esos pensamientos negativos acaben siendo una sombra de lo que fueron. Y para conseguirlo creo necesario que todos unamos fuerzas y colaboremos, así que hoy os invito a sonreír, a vivir la vida… en definitiva, a ¡ser felices!
“La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante” Antonio Gala
Imagen: http://www.arteyfotografia.com.ar/17600/fotos/361470/
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